jueves, 6 de octubre de 2011

Ambulante

Después de meses de estar esperando, y luego de semanas de querer tratar de detener un poco el tiempo finalmente estoy aquí. Empieza a caerme el veinte de que voy a estar un año aquí, aunque me cuesta trabajo saber en donde estoy y que voy a hacer aquí. Esta semana he estado viviendo entre los dos horarios en las noches no puedo dormir y en las mañanas no puedo levantarme, tengo que acomodarlo.

Es cierto que el tiempo a veces transcurre de manera irregular, esta semana ha sido más larga de lo normal, sobre todo los días, creo que es porque estoy viviendo días de 24 horas, en donde todo es nuevo hago mucho y no hago nada a la vez, aún no tengo ninguna rutina y tengo muchos pendientes. De pronto me di cuenta de que estaba atrapada en una especie de paradoja del estilo el huevo y la gallina. Quería inscribirme al gimnasio, comprar el pase anual de los camiones, sacar mi teléfono, abrir una cuenta de banco y registrarme. No puedes tener celular si no tienes una cuenta de banco, para sacar la cuenta de banco te piden tener un celular, no puedes comprar el pase de camiones con descuento hasta que no tengas tu credencial de estudiantes, no te dan tu credencial hasta que no te registras, no puedes inscribirte al gimnasio hasta que no estés registrado y no puedes registrarte antes de la fecha que te asignan según tu nacionalidad y departamento, lo cual es exactamente en 30 minutos. Finalmente se va a empezar a desenredar el nudo. Ya encontré clases de Yoga.


No hace frío, hay mucho viento, es la primera vez que siento la necesidad de ponerme crema en las manos.

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