jueves, 6 de octubre de 2011

Ch ch changes

No todos los japoneses conocen a Murakami, ni todos los ingleses son Indie , son de las cosas que me he dado cuenta esta semana. He conocido a personas de todos lados, una inglesa fanática de los cristales, un turco con un inglés perfecto y que parece sacado de salvados por la campana, una noruega que cambia de personalidad con una gota de vodka, un londinense que cree que le cae mal a todo mundo y que todo el tiempo está “home sick” (y yo que siento que estoy más cerca de Londres que nunca), esos son algunos de mis nuevos amigos, ninguno de ellos estudia conmigo nos hemos ido conociendo como en una Cadena de Markov de caminata aleatoria.

Te empieza a caer el veinte del cambio en el que estás con pequeños detalles, como cuando estás comprando los platos en los que vas a comer, primero piensas en los más baratos, hasta desechables si es posible, pero luego te das cuenta que son los platos en los que vas a estar comiendo un año, no quieres unos platos cualquiera, no es algo tan provisional. Para decorar mi cuarto por fin tengo ese póster de David Bowie que siempre había querido (espero poderle hacer un lugar en mi maleta de regreso), y ahora lo veo todos los días.

Mañana empiezo clases, después de casi cuatro años de no estar en un salón, estoy emocionada, ya tengo plumas de todos colores. También extraño un poco (después de solo 3 semanas de ocio) el tener una rutina, que mis pendientes no tengan nada que ver con sacar/cancelar cuentas de banco y teléfonos celulares. Ya estoy inscrita al gimnasio, mañana voy a clases de Piloga (sí es lo que imaginan, una mezcla entre Pilates y Yoga) y también es mi primera clase de Jazz.

Tengo una nueva compañera de cuarto, una enredadera para hacerme compañía, se llama Midori ( lo acabo de inventar mientras escribo pero le queda perfecto porque obviamente es verde).

Entro a mi cuarto y huele rico, hoy lave mi ropa.

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