viernes, 29 de julio de 2011

Pregúntale a Google

Desde que lo descubrí se ha vuelto uno de mis hobbies, me acuerdo de una vez que llegué a ver 100 Mexicanos Dijeron y me di cuenta que no tenías que ser el más listo para ganar, sino que mas bien tenías que pensar como la mayoría, no muy inteligente.

Creo que algo muy parecido pasa en Google y su “adivinador” de búsquedas, que se ha convertido en una mezcla entre enciclopedia, sección amarilla, oráculo y hasta consejero amoroso. Yo nunca había tenido buena ortografía, como que no le había dado importancia, menos cuando cualquier ¿por qué?, porque, porqué lo podías sustituir fácilmente por un “xq”. Pero poco a poco me fui dando cuenta de lo bonito que se veía todo cuando lo llenabas de acentos (los correctos claro, o al menos eso trato) y abrías y cerrabas los signos de admiración.



Entonces me puse a jugar un rato con Google, viendo como cambiaban las “preguntas” más populares según la ortografía. La forma correcta para preguntar sería ¿por qué?, pero mejor empecemos primero con las otras.

Primero, los más despistados, los que preguntan con “porque”. Curioso que lo más buscado sea el nombre de una canción, después cosas que se preguntaría un niño de 3 años como: ¿por qué el cielo es azul?, ¿por qué brillan las estrellas?, o usándolo de consulta buscando la explicación del hipo, y claro no podía faltar el ¿por qué te amo?





Ahora, los no tan perdidos que al menos le pusieron el acento, y aquí la más buscada es justamente cual sería la forma correcta de escribirlo (nos vamos acercando). Aunque me llama la atención que vuelve a aparecer el ¿por qué el cielo es azul? (y la verdad es que yo nunca me lo había preguntado) y el “porqué será”, con la diferencia que aquí si le ponen acento a las dos. Aunque ahora ya se incluyen preguntas más técnicas como el de la olla de presión. Terminando con una pregunta a Google: ¿por qué estudiar una maestría?, me gustaría saber que me puede decir al respecto ahora que me voy.

Y por último los que lo escribieron bien y hay dos cosas que me parece importante destacar, uno que el tipo de preguntas que se hacen son realmente diferentes y lo otro es que siga apareciendo el “por qué será” y “por qué el cielo es azul”.





El cielo es azul por la interacción de la luz con la atmosfera.



martes, 19 de julio de 2011

Toy Story

Don't play no game that I can't win, como filosofía de vida.

El nuevo video de los Beastie Boys, dirigido por Spike Jonze es la gran cosa.




Beastie Boys Ft. Santogold - Don't Play No Game That I Can't Win from sebastopol17 on Vimeo.

lunes, 18 de julio de 2011

De Cabeza




El Domingo en la noche me quedé a 10 páginas de terminar el libro que estaba leyendo, por más que lo intenté no lo logré, cerraba los ojos cada dos renglones, así que ayer como cualquier otro lunes antes de irme a parar de cabeza me disponía a terminar esas diez páginas en algún café de por ahí. Pero en eso me desvié y me metí a cortarme el pelo y con eso de que te sacan plática y no puedes ni mover la cabeza pues no pude sacar mi libro. ¿Y a qué viene todo este choro? Pues, porque me quedé pensando de cómo a veces, solo a veces, te acuerdas en donde estabas cuando terminaste un libro, muchas veces no es ese lugar ideal, romántico y de total calma que te hubieras imaginado, puede ser en cualquier parte y creo que los lugares más raros son los que más recuerdas. Por ejemplo, terminé de leer Dance, Dance, Dance en la fila de un Centro de Atención a Clientes de Telcel, o el de 2666 en algún punto entre Matehuala y San Luis Potosí una vacaciones que veníamos regresando de compras de San Antonio. Ayer terminé Anagramas de Lorrie Moore justo antes de que empezara a hacerme nudo en yoga.


Llegué a Anagramas gracias a G (otro G, no el mismo por el que descubrí a Murakami), quien un día me pasó un ensayo de un matemático que escribía algo sobre la relación entre la literatura o narrativa y las matemáticas, algo así. El caso es que ahí menciona la novela o colección de cuentos, o cuentos y una novela, no estoy segura a que género pertenezca, de Moore y hace una interpretación que me gusto mucho, muy matemática. En cuanto lo terminé estaba decidida a pedir el libro por Amazon pero por alguna extraña razón, a lo mejor flojera o codera, ya no lo hice. Y fue hace dos semanas en la venta de libros de Anagarama, mientras iba embobada entre los miles de libros que había, que de repente sin buscarlo vi el libro de Anagramas, nada más y nada menos que editorial Anagrama. Lo compré (junto con otros tres, ese fue mi saldo).


El libro consiste en una serie de historias, en las cuales siempre están los mismos dos personajes, Gerard y Benna, aunque nunca son los mismos. Gerard enamorado de su vecina Benna que no le hace mucho caso, Gerard y Benna una pareja que su relación está a punto de terminar, Benna la profesara que se siente atraída por su ayudante Gerard, y por último los grandes amigos Gerard y Benna con su hija imaginaria. Como dije antes, nunca son los mismos sin embargo a pesar de ser historias independientes es inevitable tratar de entrelazarlas o encontrar alguna relación entre ellas. La idea de pensarlo como una función, en la que la existencia de dos personas está definida por la integral de todos los posibles escenarios finitos (o infinitos) en los que puedan llegar a conocerse me gusta. A lo mejor este es solo un escenario, habrá que esperar a ver que pasa en el siguiente.


Es un libro bastante entretenido, se disfruta y es fácil de leer y no te quita más de una semana. De lo qué más me gustó es como juega con las palabras (supongo que de ahí viene un poco el nombre).De como de niña se le hacía difícil entender que se pudieran intercambiar algunas letras y las palabras tuvieran un significado completamente diferente. Doblé algunas páginas, pero no porque tuvieran esas frases que te llegan y no quieres que se te olviden si no porque me parecía muy divertida su forma de describir o platicar algunas cosas. Aquí se las dejo:



Las cosas, sin embargo, rara vez son del modo que uno las entiende.


“…le pregunté con patética resonancia, como un pequeño personaje de Hans Christian Andersen.”


Parece uno de los círculos que Dante se olvidó incluir en el infierno.


Las personas no se casan porque hayan encontrado a alguien. No es una caza del tesoro. Es más bien como el juego de las sillas: donde estuviera uno en el momento en que la música de ser soltero termina, allí se sentaba.


A veces, aparte de los dibujos animados, todo es demasiado real para mi.


Tengo fantasías. Planes. Esperanzas. Sigue, sigue andando con tu agujerado corazón.


Un día kafkiano se había levantado de la cama convertida en profesora de universidad, culpable de un delito de estafa.


¡Oh! ¿Dónde está mi siesta del año pasado?


Con una expresión de horrorizado deleite.


Aunque hay otras cosas que recuerdo, ocasionales inquilinos en la pensión de mi memoria.


Un cuerpo en movimiento, tiende a necesitar reposo.


“...con peligrosa lentitud, como nadando en una pesadilla.”

lunes, 4 de julio de 2011

Un ratón conoce a un gato vegetariano


Lo recuerdo bien, descubrí a Murakami en primavera de 2006, nunca había escuchado nada de él pero seguí los consejos de G que me dijo: “Lee Tokio Blues: Norwegian Wood de un escritor japonés que se llama Murakami” y lo leí en mis siguientes vacaciones de semana santa en la playa. A lo mejor tuvo que ver el escenario de total calma en el que lo leí y que pude dedicarle todo el tiempo a leer y nada más (no soy la más feliz dentro del agua, así que prefería estar afuera). Y así me enamoré de Murakami, de su forma de contar historias, del ambiente de casual y romántica melancolía y de Japón.

Después leí todo lo que iba encontrando de él (el idioma va según como lo leí), seguí con la Crónica del Pájaro que da Cuerda al Mundo, Sputnik Mi Amor, Kafka on the Shore, A Wild Sheep Chase, After Dark, What I Talk When I talk About Running, Hard Boiled Wonderland and The End of The World, y finalmente a finales de 2009 Dance, Dance, Dance. Hasta que me cansé, el mundo de Murakami se fue convirtiendo cada vez más en un surrealismo más complejo, por no decir más chorero. Finalmente lo que tenía Norwegian Wood, es que es una historia con la que te puedes identificar y podría pasarle a cualquiera, por más que quisieras llamarle a Salvador Dalí para que lo pudiera poner en imágenes.

Ahora bien, dejando atrás mis impresiones personales y mi historia personal con Murakami, vayamos a 1Q84. Se trata de dos personas, obviamente un chico y una chica, que se están buscando el uno al otro, obviamente sin saberlo, a través de sus pensamientos, sus recuerdos y experiencias, las cuales incluyen asesinatos, sectas religiosas, familias disfuncionales y los recuerdos de un amor de la infancia. Los dos están por cumplir 30 años, esa edad en la que se supone que te empiezas a convertir oficialmente en adulto. Tengo (sí, se llama Tengo, lo que hace un poco extraño leerlo, o al menos para mí) es un ex niño genio para los números, convertido en profesor de matemáticas y escritor frustrado, o no frustrado pero no le ha ido muy bien. Aomame, una solitaria y flaca asesina en serie encargada de aniquilar con una técnica que solo ella sabe usar, a hombres que le han puesto el cuerno o maltratado a alguien, o algo así.

Como es de esperarse a lo largo de la novela te vas encontrando con historias separadas narradas por cada uno de los dos que se van entrelazando poco a poco. Murakami dice que la referencia que hace Orwell no es la de tratar de describir el futuro cercano como lo hace en 1984, si no más bien el pasado cercano, en como un evento pasado puede alterar la realidad y de pronto empiezas a vivir en una realidad paralela (digamos la B) la cual se convierte en el “¿cómo sería 1984 si no hubiera pasado x?”. Y así es como te empieza a enredar en sus fantasías entre los dos mundos.

En fin, sé porque lo sigo leyendo, tiene el don para casualmente hablar de un buen grupo, un buen libro y antojarte horriblemente cualquier cosa que se esté preparando de comer. De sacarte una sonrisa mientras lo estás leyendo. Es fácil de leer, es de esos libros de los que puedes sacar un sin fin de frases para recordar y reutilizar, sin embargo a mi en lo particular, este terminó por cansarme. No es un mal libro, para nada, pero yo sin duda sacaría unas tijeras y me pondría a recortarle un buen pedazo. (Y eso que todavía falta que salga el libro 3)

Ahora dejo algunas de las hojas que fui doblando.

Detenerse en un lugar, esperar a una presa, consumir su vida, morirse y disecarse.

Me muevo, luego existo.

Las matemáticas son como una corriente de agua. Existen diversas teorías complicadas, pero la lógica básica es muy sencilla. De igual modo que el agua fluye desde un lugar elevado hacia otro más bajo tomando la distancia más corta, solo hay una corriente matemática.

Quizá había asentido con la cabeza antes de colgar. Pero, por desgracia, en la mayoría de los casos el lenguaje corporal resultaba ineficaz a través del teléfono. No sé qué va a ocurrir en el futuro. En este mundo, el viento puede cambiar de rumbo de un momento a otro. De momento, el viento parecía soplar a su favor. Necesitaba estar siempre preparado. Como los huérfanos de las novelas de Dickens. No soy yo la que está enloqueciendo, es el mundo.

Personas que dominen la técnica de patear testículos como Aomame, seguro se pueden contar con los dedos de la mano.

Cuando huía al mundo de las fórmulas matemáticas, podía escapar de esa fastidiosa jaula que era la realidad.

El mundo avanza a su capricho a mis espaldas. Es como si estuviera jugando a que, en cuanto yo cierro los ojos, todo se mueve.

A veces, su mirada era más elocuente que sus palabras. Al menos transmitía frases más largas.

Porque, en ciertos casos, el tiempo es muy valioso. El simple hecho de llevar la cuenta tiene un significado importante.

Un día el futuro también se hace presente. Y pronto será pasado.

Fue Chéjov quien dijo:” un escritor no es quien resuelve problemas, sino quien los plantea”.

El tiempo transcurre de manera irregular.

Si tuvieran que aceptar el tiempo vivido de forma uniforme y secuencial, sus mentes no podrían soportarlo.

Tenía muchas preguntas, pero por más que las formulara no obtendría respuesta.

Por fin ha comenzado la hora de los fantasmas.

No es intuición, sino simple y modesta experiencia.

Tan solo es que camino alejándome de carreteras amplias.

El asunto no divertido pero, paradójicamente, un tanto gracioso.

Pero algo soñarás. No hay nadie que no sueñe. Con tus palabras ofenderías al señor Freud.

-¿Tiene usted miedo a morir?
- Comparado con el miedo que tengo a vivir siendo yo misma, no.

Pero esto no es una historia, sino el mundo real.

Sé que es agobiante, pero tendrá que esperar, siempre alerta.

El mundo se mueve más a base de trueques que de dinero.

Yo no vivo en un mundo de ficción. Éste es un mundo real, lleno de descosidos, inconsistencias y anticlímax.

Aquel era el lugar en el que debía perderse.

Si no lo entiendes sin que te lo explique, quiere decir que no lo entenderás por más que te lo explique.

Lo que la gente necesita es una historia hermosa y amena que les haga sentir que su existencia es, al menos, un poco relevante.

Nunca se sabe que va a ocurrir en esta vida incierta. Más vale ser previsor y siempre tener pijamas limpias.

Ella no respondía preguntas que no necesitaban respuesta.

Así era su naturaleza. Y lo comprobó. Fin. La demostración había terminado. Q.E.D.

Y como decía Antón Chéjov, cuando en una historia aparece una pistola, ésta debe ser disparada.