lunes, 16 de abril de 2012

Entre Cilantro y Perejil



Además de muchas otras cosas, aquí he aprendido a cocinar, todo empezó por necesidad, un libro de recetas y un riquísimo (más para haber sido el primero) risotto de brócoli y pimientos al limón. Pensé, ¿qué tan difícil puede ser seguir una receta?, compras todo lo que te dicen, lo mezclas en el orden que te dicen y esperas el tiempo indicado, mientras no te salgas del camino lo más probable es que te salga algo bastante bien. Y así empecé, siguiendo todo paso a paso, a veces no tenía idea ni que hierba era la que compraba, ¿dill es eneldo, ese que mi mamá le pone al salmón? o ¿Rosemary lo mismo que Romero? O no entendía porqué me pedían que le echara una cucharada de azúcar con soya a mi stir fry, pero igual lo hacía.  Poco a poco fui identificando los sabores, nombres, y que combinaba con que, hasta que empecé a experimentar un poco con las mezclas. El tomillo sabe riquísimo con pescado o pollo, el cebollino mezclado con crema o queso fresco, el cilantro le da un toque especial a las ensaladas y es perfecto para el ceviche, el perejil con las verduras, el romero con carne y risottos, y obviamente el eneldo (que finalmente sí era dill) con el Salmón.
Compré el frasco de comino el día que se me ocurrió hacer el “Quick Chicken Tagine” de Jamie Oliver, cuando leí la descripción en frasco me sorprendió ver que decía: Ideal para currys y Mexican Dishes. ¿Mexican Dishes? Según yo nunca lo había probado, pero al momento que identifiqué el sabor me dí cuenta que andaba en varias salsas por ahí. Y entonces el comino se volvió un viejo conocido, me dio gusto reconocerlo en Marruecos, aunque después me lo encontraba hasta en la sopa (literalmente). En lugar de sal y pimienta, siempre había sal, páprika y comino.
 Pero además de eso empezaron las fotos, que debo confesar que es la parte que más me gusta, acomodar los ingredientes, los colores, las composiciones y documentar el proceso paso a paso (hasta me ha hecho mejor cocinera, con tal de que salga bonito en la foto me pongo a partir todo en cuadritos chiquitos).  
 Ahora el libro de recetas ya quedó un poco abandonado, la mayoría ya fueron hechas dos veces; lo que descubrí fue un mundo de blogs de cocina, de mucha gente a la que como yo les gusta cocinar, compartir las recetas y tomar fotos, muchas fotos. Me acuerdo hace un par de años cuando A me decía que estaría bien que intentara cocinar, que buscara recetas en Internet, nunca lo hice. Ahora me paso horas viendo fotos y anotando recetas, planeando que es lo siguiente que voy a hacer.
El domingo A y yo fuimos caminando a Wivenhoe para comer Brunch (¿brunchear?) en el restaurante más lindo del pueblo. Nuestro plan original eran los blueberry pancakes, pero los cambiamos por unos riquísimos San Diego scramble eggs, con chorizo, pimientos, hongos y aguacate (¿cómo decir que no al aguacate?), acompañados de unas papas deliciosas, cuando las probé supe que tenían Romero.  Esto a penas empieza.

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