domingo, 14 de agosto de 2011

The Bistromathic Drive

The Bistromathic Drive is a wonderful new method of crossing vast interstellar distances without all that dangerous mucking about with improbability factors.

Bistromathics itself is simply a revolutionary new way of understanding the behavior of numbers. Just as Einstein observed that time was not an absolute but dependent on the observer’s movement in space, and that space was not an absolute, but dependent on the observer’s movement in time, so it is now realized that numbers are not absolute, but dependent on the observer’s movement on restaurants.

El caso es que el tiempo es relativo, el espacio el relativo y lo números no son absolutos.

Terminé de leer Life, the universe and Everything, de Douglas Adams (quien bautizó mi blog) , el tercer libro de la trilogía en cinco partes del Autoestopista Galáctico. Una mezcla, entre ciencia ficción, matemáticas, viajes espaciales y salvar el mundo. En este libro hablan más sobre la idea de viajar en el tiempo y las consecuencias de esto, de cómo se va alterando la historia con estos ir y venir de personas cambiando eventos a su capricho.

Habla también de probabilidad, o improbabilidiad como le llama él y de cómo la vida (o tu historia, lo que sea) va siendo una serie de eventos improbables acumulados, sobre los cuales no tienes el control absoluto. En el caso del libro, estos eventos consisten en encuentros con marcianos, salvar el universo de una raza que quiere acabar con todos, una explosión en pleno partido de cricket y todo ese tipo de cosas fantásticas. Pero (y ya lo había escrito antes en alguna otra entrada por ahí) aunque parezcan sucesos simples a mi no deja de impresionarme el poco control que tenemos sobre nuestro “destino” o futuro o como le quieran llamar. Según tú vas planeando tu vida, tomas decisiones, planeas proyectos, te pones metas, pero son esos pequeños detalles sobre los que no tienes control los que te van llevando por los caminos más divertidos. Sales norteada (que yo siempre he creído que sería mejor desnorteada) del metro, cruzas una calle, te encuentras a alguien, no tienes idea de lo que va a pasar. Me gusta.

Así que ante tal incertidumbre y aceptando que por más que quieras controlarlo todo, ninguna fórmula matemática te va a ayudar a lograrlo, (y que no se ha descubierto ni la teletransportación ni la posibilidad de viajar en el tiempo) no nos queda más remedio que ir disfrutando lo que se te va apareciendo.

Qué bueno que tuvimos tiempo. Eso es todo. Si algún día tengo un restaurante se va a llamar The Bistromathic Drive.

Aquí les dejo unas de las frases que me gustaron mientras lo estaba leyendo:

…as he emerged from the cave he called home until he could think of a better name for it or find a better cave.

After all, we can only die once.

Just think about it, your history is just a series of freakishly improbable events. And I know an improbable event when I see one.

There is an art, it says, or rather a knack of flying. The knack lies in learning how to throw yourself at the ground and miss.


-“I don’t like this wine very much”, said Arthur sniffing it.

-“Well, send it back. It’s all part of the mathematics of it.”

Arthur did so. He didn’t like the topography of the waiter’s smile, but he’d never liked graphs anyway.

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